La noche se puso como se suele poner cuando el Real Madrid se tiene que jugar las castañas en Europa: Mbappé caía lesionado, el Atalanta, que había empatado antes del descanso, dominaba completamente el juego y los blancos que ya empezaban a verlo todo muy negro. Tal y como les gusta. Porque ya se sabe que el miedo es el único idioma que entienden para poder ganar y eso que lo de anoche en Bérgamo más bien fue terror.  Se avecinaba otra derrota, otra crisis y otra lesión. Y justo cuando parecía que respiraban un poco con el 1-3 de Bellingham, otra vez volvieron los fantasmas con el 2-3, como si jugar en el alambre, con la opción de caerse, fuera más divertido. Pero eso es solo una manera de ver la manzana. Justo por el lado por el que no está podrida.  La otra forma, quizás la más lógica, es apuntar que de nuevo el Real Madrid tuvo que pedir la hora en Champions ante un equipo que, evidentemente, tiene nivel (es el líder de la Serie A) pero cuenta con 15 Copas de Europa menos, por ejemplo. Y que no es más que otro de los muchos de una lista (Lille, Borussia Dortmund, Milan y Liverpool) que le han puesto contra las cuerdas más de lo esperado esta temporada. Incluso le han barrido. Más sobre el Real Madrid  El Atalanta empata al filo del descanso tras un penalti cometido por Tchouaméni Pepe Gil-Vernet ¡Alarma Mbappé! Sustituido por lesión en el 35′ Pepe Gil-Vernet Por tanto, bien haría el Real Madrid en ir detectando qué es exactamente lo que le ocurre porque, después de casi cuatro meses de competición, no es solvente. Gana, sí, pero no de manera convincente. Todas sus victorias tienen un ‘pero’. Y eso es preocupante. La lesión de Mbappé Lo que no tiene arreglo desde la pizarra, sí desde la enfermería o directamente desde la religión, es lo de las lesiones. Esta vez le ‘tocó’ a Mbappé, que se tuvo que retirar en el minuto 36 de partido siendo ya la segunda vez que cae esta temporada.  Falta por saber qué es lo que tiene. Sufre unas molestias en la parte posterior del muslo izquierdo que afinarán más las pruebas que pase. Lo que no hace falta que confirme nadie es que esto es un plaga la cual no para de propagarse. Así, dicho sea todo, es muy difícil. Y el Madrid, experto en dificultades, las va superando. Pero esto es fútbol y si hay una cosa clara en este deporte es que llegará el día que el laberinto no tenga salida.

Por Ramón